Un estudio de la CDC reveló que al año, 2 millones de personas en EUA se enferman de bacterias resistentes y 23,000 mueren por dicha infección. La WHO ha revisado el alarmante número de casos de resistencia a antibióticos y ha encontrado lugares en donde ha llegado a niveles inalcanzables, por ejemplo, la resistencia de Klebsiella Pneumoniae ante los carbapenems. Desde el descubrimiento de la penicilina en 1928, diferentes grupos de antibióticos han sido descubiertos y así fue como apareció el auge de dichos fármacos. Sin embargo en los últimos 25 años no se ha descubierto ninguna nueva clase de antibióticos, lo que disminuye las opciones de con qué más tratar al paciente.
Se ha estimado que en el 50% de los casos que se prescriben antibióticos, estos no son en realidad necesarios, tal es el caso en las infecciones por virus como la gripe y diarrea. Esto expone a bacterias al fármaco y permite que se genere cierta resistencia a ellos. Otra manera en que la resistencia se ha ido incrementando es mediante los tratamientos subóptimos, donde la dosis no es suficiente para tratar la infección y por lo tanto solamente le brinda a la bacteria un mecanismo de generar resistencia. Otra forma en que incrementa la resistencia es cuando se utilizan los antibióticos de manera excesiva o inadecuada en los animales productores de carnes, ya que sus bacterias pueden pasar a los humanos posteriormente.
Algunos ejemplos de nuevas bacterias resistentes emergente son el Staphylococcus aureus resistente a methicilina (MRSA) y Staphylococcus aureus resistente a vancomicina (VRSA). Es necesario mencionar que aunque se descubran nuevos fármacos para las bacterias resistentes, deben seguirse medidas estrictas para enlentecer la adaptación de las bacterias ante los fármacos disponibles. Una de estas medidas, muy importante, es evitar infecciones. Esto requiere de la higiene personal, inmunización y un buen procesamiento de la comida, que prometen disminuir las tasas de infecciones y por ende el uso de antibióticos.
Cabe resaltar que existen diferentes familias de antibióticos, las cuales actúan de diferente manera para detener el crecimiento bacteriano. Por lo tanto existen diferentes mecanismos por los cuales se genera resistencia. Los antibióticos se clasifican en:
Beta – lactámicos: Esta familia de fármacos incluye a las penicilinas, cefalosporinas, monobactamicos y carbapenems. La penicilina es el antibiótico de primera elección en la mayoría de los casos debido a su baja toxicidad. La forma en cómo actúan es inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana mediante las transpeptidasas. La beta –lactamasa, enzima bacteriana, es uno de los problemas que enfrenta esta familia. Es por eso que algunas penicilinas (ampicilina, amoxicilina) son aplicadas junto con un inhibidor de la beta – lactamasa (ácido clavulonico, Sulbactam).
Aminoglucosidos: Esta familia de antibióticos actúa sobre las bacterias Gram – aerobias. Su forma de actuar es mediante la inhibición de la síntesis de proteínas mediante la subunidad 30S del ribosoma. Uno de los problemas que enfrenta este grupo de antibióticos son las enzimas inactivantes transmitidas por plásmidos, esparciendo la resistencia a otras bacterias.
Cloranfenicol: Familia de antibióticos que es utilizado en infecciones con Gram + y Gram – . Su manera de actuar es mediante la inhibición de la subunidad ribosomal 50S que a la vez bloquea la síntesis de proteínas. Las acetiltransferasas inhiben la acción del cloranfenicol y aumentan la resistencia de las bacterias a este fármaco.
Macrólidos: Este grupo de antibióticos actúa inhibiendo la síntesis de proteínas. Los macrólidos se unen a la subunidad 50S ribosomal y bloquean la síntesis de proteínas. La resistencia contra estos antibióticos aparece cuando se metila su sitio de unión en la subunidad 50S o mediante enzimas inactivadoras esparcidas mediante plásmidos. Son de gran utilidad contra una gran variedad de bacterias Gram –.
Tetraciclinas: estos fármacos actúan bloqueando la subunidad 30S ribosomal y por lo tanto la síntesis de proteínas bacterianas. La transmisión de plásmidos provee resistencia a ciertas bacterias. Estos antibióticos son de utilidad contra bacterias anaerobias e intracelulares.
Lincosamidas: Estos antibióticos funcionan bloqueando la subunidad 50S y por ende la síntesis de proteínas bacterianas. Estos fármacos son utilizados en infecciones por bacterias anaeróbicas.
Sulfonamidas: Estos antibióticos compiten con el sustrato de la dihidropteroato sintetasa y por lo tanto inhibe el metabolismo del ácido fólico. La resistencia hacia este fármaco es generada por el incremento del sustrato (PABA) de la enzima dihidropteroato sintetasa o por disminución de la permeabilidad del fármaco. Su espectro de acción incluye bacterias Gram + y Gram -.
Trimetroprim: Estos fármacos compiten con el dihidrofolato por la dihidrofolato reductasa y por ende detienen el metabolismo del ácido fólico. Es utilizado para tratar infecciones por bacterias Gram –.
Fluoroquinolonas: Familia de antibióticos que actúan bloqueando la DNA girasa bacteriana y por lo tanto no permite la transcripción del DNA. La resistencia bacteriana se genera tras la desensibilización de la enzima ante el fármaco. El espectro de esta familia es en contra las bacterias bacilos Gram – aerobias.
Rifampicina: Dicho antibiótico inhibe la RNA polimerasa bacteriana y por lo tanto la síntesis de proteínas. Este fármaco es utilizado en infecciones por tuberculosis, brucelosis y lepra.
Autor: Carloman Escobar – Editor: Gustavo Gutiérrez
Bibliografía:
- Whiteman, H (2014). Antibiotic resistance: how has it become a global threat to public health?. MNT. Obtenido el 12 de Septiembre de 2014 de: http://www.medicalnewstoday.com/articles/282357.php