“Estudiar muy bien para las clases, estar al corriente con los temas cada semana, dormir más de cinco horas al día, comer bien, hacer ejercicio, tener tiempo para relajarme” son algunas frases que forman parte de una gran lista de promesas que rigurosamente nos ponemos cada inicio de año, de semestre, de verano, etc. Sin embargo, misteriosamente las hacemos a un lado –incluyéndome- antes de que llegue el plazo propuesto ya que cambiamos el enfoque, las prioridades y nos dedicamos únicamente a lo que “tiene mayor importancia en el momento”.
¿Cuántas veces no hemos repetido los mismos propósitos? ¡Casi siempre! Y es debido a que contemplamos aquello como lo que idealmente nos gustaría hacer, como “nuestra vida ideal” y por lo mismo, lo vemos tan utópico que mejor decidimos dejar todo por la paz… Así que, ¿por qué no actuamos en vez de prometer y poner excusas?
“Conviértete en la típica persona que logra lo que se propone” fue la frase que leí hace unas semanas en un anuncio publicitario que atrajo mi atención completamente… De hecho, hasta el grado en que me puse a pensar cuáles iban a ser mis propósitos ‘reales’ para este semestre.
Después de un largo rato de pensar y de revisar algunos tips en internet, encontré que lo mejor es fijarnos metas a corto plazo para así mantenernos motivados y con ganas de seguir adelante. Todo esto siempre teniendo en mente que hay que prometernos lo que es 100% factible si damos un esfuerzo extra.
Incluso, otro buen consejo puede ser la ‘variedad’, es decir, tratar de cambiar el enfoque de nuestros objetivos de corto plazo para que caer en la rutina no sea una opción; y así poder estar pensando en la renovación constante. Por ejemplo: el primer mes podemos fijarnos una meta académica, el segundo una meta deportiva, el tercero una meta de hábitos y así sucesivamente, sin que signifique que vamos a descuidar las áreas en las que ya hayamos trabajado… Si no imagínate, ¡sería un desastre!
Estamos en un excelente momento para comenzar a planear todos y cada uno de nuestros propósitos, siempre con la vista puesta hacia adelante y teniendo bien en claro que el único lugar en donde encontraremos el éxito antes que el esfuerzo es en un diccionario. Digo, ya estamos estudiando medicina, ¡cómo va a ser que no podamos con otro poquito!… Hagamos esto por nosotros mismos, por nuestro bienestar, para ser mejores y para que en un futuro no nos puedan preguntar: “¿Y los propósitos apá?”
Autor: César Saldaña