Por primera vez en la historia de la humanidad las gente está muriendo con una dentadura completa. Uno esperaría que preservar los dientes hasta la muerte sería debido a un mejor tratamiento odontológico (y en parte sí lo es), pero la realidad recae en eventos curiosos.

En 1901 Frederick McKay, después de graduarse de la Facultad de odontología, estableció su práctica en Colorado Springs, Colorado. A través de cientos de pacientes observó cómo existía una pseudo-epidemia de dientes teñidos por un desagradable matiz de café. Esta patología cosmética se hallaba especialmente en la población de nativos a la región. Curioso de su observación y tras no encontrar mención en la literatura de su tiempo, decidió investigar la causa de estos hechos.

Años de búsqueda por parte del odontólogo McKay, con la ayuda del Dr. Green Vladimir Black, dio como fruto dos hechos: primero, aquellos que habían logrado calcificar sus dientes permanentes en su infancia evadían el riesgo de desarrollar estas manchas en sus dientes. Segundo, e infinitamente más importante, aquellos con dientes oscurecidos presentaban una sobrehumana resistencia a las caries dentales.

Tras tanto trabajo se logró comprender el desarrollo de este padecimiento ahora conocido como Mancha Café de Colorado o Fluorosis. McKay siguió buscando respuestas al origen de esta patología y visitó varias comunidades plagadas por el mismo problema sin llegar una relación conclusiva. En una de estas comunidades, Bauxite, Arkansas, se encontraba una gran industria productora de aluminio (Aluminum Company of America) y a pesar de que McKay reportó esto, no indicó que tuviera una relación con el desarrollo de Fluorosis.

Los resultados obtenidos por McKay fueron leídos por los químicos de la compañía de aluminio presente en la comunidad de Bauxite. Como medidas de protección legal se demostró de su parte que no existía toxicidad alguna originaria de sus actividades industriales. Dentro de sus experimentos, que eran más sofisticados que las de McKay, se encontraron altos y anormales niveles de flúor, los cuales fueron enviados al Dr.McKay. Sorprendido, nuestro curioso dentista tomó esta información y encontró los mismos niveles elevados de Flúor en las muestras del agua de las otras comunidades afectadas por la Mancha Café de Colorado. Tras más de 30 años de trabajo uno de los descubrimientos más importantes en la medicina preventiva se había logrado: un nivel elevado de Flúor en el agua causa Fluorosis (Mancha café de colorado) y secundariamente fortalece la resistencia a caries.

El trabajo del Dr.McKay abrió la puerta a futuras investigaciones en el cual se cuantificaron las cantidades de Flúor que ayudan a prevenir caries y fueron inauguradas en el año 1945 por la ciudad de Grand Rapids, Michigan – aun que costó convencer al departamento de agua local permitirles añadir “químicos”. Hoy en día gran parte de las fuentes de agua están cargadas con cantidades de Flúor que radican entre 0.5 mg y 1 mg por litro de agua y previenen millones de caries anualmente.

El poder del método científico es algo que no cesa de asombrar; observar, cuestionar, hipótesis, experimentación y, claro, nunca perder esa habilidad innata pertinente a cada ser humano por asombrarse por el universo y la realidad que le acompaña. Algo que comenzó como una simple observación que incitó una chispa de curiosidad en un dentista acabó incluida en la lista de los diez logros más significativos para la salud pública en el siglo XX publicada por la CDC .

Autor: Tomás Lankenau – Editor: Fernanda Valdez

Bibliografía: