*Nota: El siguiente artículo contiene información anticipatoria sobre la película

Alguna vez se han preguntado: ¿qué actos y pensamientos son verdaderamente nuestros y cuáles han sido moldeados invariablemente por aquellas normas intangibles que nos rodean como sociedad?, ¿Será acaso que hay personas que simplemente son malas por naturaleza, o se habrán hecho malas?

En la película “La vida de otros”, del año 2006 por el director y guionista Florian Henckel von Donnersmarck, se proponen estas interrogantes, relacionándolas a temas como la libertad de expresión, el sentido de independencia, la empatía y el amor. La historia se sitúa en la República Democrática Alemana (RDA) en el año de 1984; cinco años antes de la caída el Muro de Berlín. En ese entonces existía La Stasi, que era como se conocía a la policía secreta de la RDA. Entre sus diversas operaciones se encargaban de suprimir cualquier tipo de oposición política y, como era de esperarse, el control del gobierno llegaba de manera importante a los medios de comunicación, logrando abolir por completo la libertad de expresión.

Al inicio de la película nos presentan a Gerd Wiesler, capitán de la Stasi, quien se caracteriza como un hombre con una personalidad sumamente fría, con una capacidad impresionante de deshumanizar a quien se atreva a cuestionar el régimen de la RDA con tal de mantenerse firme y fiel a su ideología. La historia comienza cuando Wiesler es elegido para vigilar al escritor y dramaturgo Georg Dreyman, y se dirige al teatro para seguirlo las veinticuatro horas del día.

Wiesler pronto conoce cada aspecto de la vida de Dreyman: su círculo social, las relaciones que tiene con sus seres queridos, escucha conversaciones e incluso la música que le gusta y libros que disfruta leer este escritor. Poco sabía él que conforme seguía vigilando a Dreyman, este personaje comienza a despertar ideas en Weisler que van cambiando su gélido carácter.

Uno de estos nuevos pensamientos que surgen en Weisler es el anhelo por su intimidad, el poder dejar a un lado su constante dureza y tener la capacidad de exteriorizar su vulnerabilidad.

Tanto llegó a ser este cambio de ideas que de pronto, este fiel favorecedor del socialismo, empieza a dudar de la ideología de la RDA y le es imposible cumplir con su deber. Weisler comenzó a empatizar con Dreyman, ya que vio que este escritor tenía una vida llena de arte y belleza. En lugar de deshumanizarlo y hacer su trabajo como antes no tenía problema en hacer, decide mentir en sus reportes sobre lo que descubre acerca de él para protegerlo.

Weisler no solo se da cuenta de otro estilo de vida muy diferente al suyo en una persona, sino que también conoce la perspectiva de la gente. Se da cuenta de la opresión que sienten y cómo afecta su forma de vivir. La película plasma el conflicto interno de este personaje hacia abandonar todos los ideales de su gobierno que por tanto tiempo defendió, por seguir su propia concepción de la vida y apreciar el valor individual de las personas, así como su derecho a la libertad.

Día con día, es normal encontrarse con personas rígidas, ortodoxas o que se reúsan a cambiar su forma de ser y pensar a pesar de que perjudiquen a otros, o incluso a ellos mismos sin siquiera saberlo. “La vida de otros” resalta este conflicto y abre camino para reflexionar sobre lo maleable que puede ser una persona sabiendo cómo convencerla. También hace recordar que a pesar de que una persona puede parecer muy firme en su ideología, existe la esperanza de que cambie de opinión si llegase a conocer una alternativa a lo que cree. Así mismo, esta conmovedora película, muestra que a veces la bondad existe en quien menos te lo esperas.

Autor: Bárbara Garza – Editor: Valeria Leal Isla

Bibliografía:

  • “La vida de otros” por Florian Henckel von Donnersmarck