Jack Andraka, el niño de 15 años al que le gusta el kayak, el origami y que podría cambiar el rumbo de la historia del cáncer

Todos soñamos.

“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante.” Todos tenemos grandes ideales, hacemos y deshacemos planes conforme pasa el tiempo y adquirimos metas a medida que vamos caminando. Todos tenemos grandes aspiraciones desde que nacimos, crecimos… o por lo menos desde el momento en el que elegimos estudiar esta carrera. 

Lo cierto es que generalmente quedamos tan absortos en la rutina que lo urgente le gana el lugar a lo importante, nos olvidamos de tener presentes esos sueños que son verdadero motor de nuestro día a día. A veces, esa inspiración se empieza a enterrar con lo ordinario, los pendientes, el cansancio, con esos días grises en los que nos parece que nada va bien o que estaban al dos por uno las dificultades. La realidad es que esos sueños empolvados no se han ido tan lejos y no hace falta mucho para recordar otra vez: acordarnos de lo que le da tanto sentido a este camino, a estos pasos, a esos días de estudiar tanto, a esta carrera o a cualquiera que sea tu manera de darle vida a tu vida.

Una “daily dosis” efectiva de motivación (y no la única) es actualizarnos y estar al tanto de lo que pasa alrededor. Gabriel García Márquez decía “basta con abrir los periódicos para saber que entre nosotros cosas extraordinarias ocurren todos los días”. Con esto, no me refiero a sofocarnos de malas noticias sino que el leer avances en la ciencia, publicaciones y descubrimientos extraordinarios es realmente necesario. Necesario porque después, es justo esto lo que se traduce en nutrir aspiraciones grandes, en un recordatorio diario de que sí es real desafiar imposibles, de que quien piensa sueña y lucha en grande, alcanza en grande.

La semana pasada me topé la historia de Jack Andraka, ganador del Intel International Science and Engineering Fair. Un niño de 15 años al que le gusta el kayak, el origami y desarrolló una manera nueva de detección para cáncer pancreático en una investigación que realizada en John Hopkins University.

De acuerdo a la American Cancer Association, la tasa de supervivencia en pacientes diagnosticados con cáncer pancreático a 5 años es del 5.5% debido a que el diagnóstico efectuado generalmente resulta positivo cuando el cáncer ya se encuentra en etapa invasiva. Aproximadamente 40,000 personas mueren de este padecimiento cada año.

Es ahí donde empezó todo. Para Jack era desconcertante este dato pues su tío padecía cáncer y en una clase de biología ideó dar una aplicación diferente a los nanotubos de carbono. El reconocimiento que se le ha dado hasta hoy a su proyecto se debe a que es un método de diagnóstico efectivo que en su diferencia puede detectar cáncer en etapas tempranas. Consiste en un simple papel filtro pero que es sumergido en una solución de nanotubos de carbono. Estos nanotubos son cilindros huecos con paredes del espesor de un solo átomo, recubiertas con un anticuerpo específico diseñado para unirse con el virus o proteína que se quiere detectar, en este caso: la mesotelina.

La mesotelina es una glucoproteína de 40 kDa que se adhiere a la superficie de las células mediante el fosfatidilinositol y se cree que interviene en la adherencia celular, en el reconocimiento y la señalización intercelular. La cantidad elevada de mesotelina por encima un umbral estipulado es utilizada como biomarcador neoplásico, ya que se encuentra en cantidades anormalmente elevadas en células cancerígenas pancreáticas, ováricas y pulmonares. Se puede detectar la presencia de esta proteína ligada al cáncer mucho antes de que el cáncer se convierte en invasivo.

Este sensor de nanotubos con un anticuerpo de mesotelina funciona al medir la concentración de mesotelina en sangre. El mecanismo es posible gracias a que hay cambios notables en la conductividad eléctrica de los nanotubos cuando las distancias entre ellos cambian; esto ocurre después de que los anticuerpos en la superficie se unen a una proteína diana, dichas proteínas se unen a los tubos y los separan. Este cambio en los espacios entre los nanotubos puede ser detectado por un vatihorímetro (contador eléctrico) o como menciona Andraka, también es posible contabilizarlo al insertar las tiras reactivas en los dispositivos para diabéticos.

En un ensayo ciego simple de 100 muestras de pacientes se evaluó sensibilidad y eficiencia al medir la concentración de mesotelina con el método de Andraka. El umbral establecido como parámetro de sobreexpresión de mesotelina es de 10ng/mL; resultados por encima de éste se consideran neoplásicos. Los resultados recabados en pacientes con pacreatitis crónica, frecuentemente confundida con cáncer pancreático, fueron todos por debajo de los 10ng/dL (dentro del umbral no patológico). Mientras que en los pacientes con cáncer pancreático los resultados oscilaron entre 18-28ng/mL.

Para ponernos en contexto esta tira desarrollada por Jack  “funciona en tan solo 5 minutos por solo 3 centavos”, y es un método de detección 168 veces más rápido, 26000 más viable, 400 veces más sensible y tiene un 90% de confiabilidad. El sensor cuesta $3 (ELISA puede costar hasta $800) y diez pruebas se pueden realizar por cada tira. El principio de esta técnica de detección es una buena noticia para los países en desarrollo pues es un método mucho más viable. El mismo principio además puede ser aplicado para realizar otras pruebas importantes, ya que de ser cambiado el anticuerpo pudiera detectar salmonella y rotavirus en el agua o la comida, ETS’s o incluso para controlar la resistencia a antibióticos y monitorear la progresión del tratamiento de pacientes con cáncer sometidos a quimioterapia o radiación.

Andraka se encuentra actualmente en proceso de patentar su invento y pronto presentará su trabajo para escribir una publicación a través de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. Dice que ya ha sido contactado por cuatro empresas, entre ellas Quest Diagnostics, sobre posibles licencias o comercializar la idea.

Pienso que la ciencia y la medicina avanzan a la medida que el hombre se propone desafiar esos imposibles, se cuestiona, se plantea y pierde el miedo de cambiar lo que ya existe; pero sobretodo cuando está inyectado por una pasión extraordinaria que es lo que ha sido verdadero motor de tantos héroes de la ciencia. Este niño a sus 15 años nos recuerda lo que muchos adultos a veces olvidan con los años: “Make sure to be passionate about whatever it is you get into, because otherwise you won’t put the right amount of work into it…. No one will be excited about your work if you’re not excited about it.” 

Cabe recalcar que Andraka  fue rechazado por 199 investigadores cuando estaba en la búsqueda de un laboratorio en donde llevar a cabo la investigación de esta tira con nanotubos, hasta que el doctor Maintra de la escuela de medicina de John Hopkins accedió. Fue su intento número 200.La universidad John Hopkins hoy reconoce esta investigación como un gran paso y el principio  de “lo que podría cambiar el rumbo de la historia del cáncer promoviendo su temprana detección.”

Pensar en lo que pudo alcanzar Jack a sus 15 años, es un recordatorio de las infinitas oportunidades de tantos científicos apasionados por lo que hacen que tienen la capacidad de transformar locuras e ideas en mejoras significativas para la humanidad… Pero no nos vayamos tan lejos, y es que como dijo Andraka  “There are millions more like me out there.” Y sí, tú, con todas tus circunstancias y capacidades, eres parte de esos millones…

Esos millones que tienen el potencial de hacer un cambio real en el mundo, que tienen ganas de lograr lo impensable, esos millones que se desvelan todos los días estudiando, esos que viven preparándose hoy para ser mejores mañana, eres parte de los que por encima de sus miedos luchan apasionadamente, que se retan, se caen y se han levantado de tantas para seguir en el camino determinadamente. Esos millones que más que ‘hacer lo mejor’ quieren ‘Ser lo mejor’ y así servir a la sociedad.

…Eres de esos millones que duermen poco y sueñan mucho.

Autor: Fernanda Velázquez

Bibliografía:

  • Australian Institute of Health and Welfare & Australasian Association of Cancer Registries 2010. Cancer in Australia: an overview, 2010. Cancer series no. 60. Cat. no. CAN 56. Canberra: AIHW. http://www.aihw.gov.au/publications/can/56/12138.pdf
  • David Tománek and Richard Enbody (eds.) “Science and Application of Nanotubes” (NT’99 Proceedings)
  • Gastro-Intestinal Cancer Institute (2010). Pancreatic cancer: Latest statistics and research into one of Australia’s most lethal diseases. http://www.gicancer.org.au
  • TED x Houses of Parliament, Jack Andraka (2013) http://www.tedxhousesofparliament.com/2013/speakers/jack-andraka