“El Gobierno del Estado de Nuevo León, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y la Secretaría de Salud, informa que debido a las altas concentraciones de partículas menores a 10 micrómetros (PM10) registradas por el Sistema de Monitoreo Ambiental (SIMA) se presentan niveles de contingencia atmosférica en el Índice Metropolitano de Calidad del Aire (IMECA).”

El pasado 27 de diciembre del 2015 se comunicó una alerta ante pre-contingencia atmosférica en el estado de Nuevo León a causa de la creciente cantidad de incendios que incrementó las concentraciones de PM10, es decir, partículas en suspensión del aire (del inglés “Particulate Matter”) con un diámetro aerodinámico de 10µm, pero ésta no es la única causa que contribuye al deterioro de la calidad del aire. En el 2014, la Encuesta Nacional de Adicciones arrojó datos testificando que en México hay alrededor de 17.3 millones de fumadores activos y 11 millones de fumadores pasivos (personas expuestas al humo del cigarro), lo que causa que partículas del humo de tabaco con un tamaño entre .2 µm y .1 µm circulen en el ambiente. La inhalación del humo de incendios y el de la quema de tabaco son los principales factores que promueven la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). En este artículo se hablará un poco sobre el sistema respiratorio y posteriormente se analizará ésta enfermedad que peligra en personas expuestas a estos gases. A la postre, se presentarán algunas recomendaciones de acuerdo al “Programa de Respuesta a Contingencias Atmosféricas” que se pueden implementar para mejorar la calidad del aire y prevenir enfermedades respiratorias.

El índice Metropolitano de Calidad del Aire (IMECA) es una herramienta analítica creada con la finalidad de facilitar la comprensión de la población, de manera fácil y oportuna, sobre los niveles de contaminación existentes. Radica en una escala de concentración de partículas nocivas en el ambiente y su capacidad para producir riesgos en la salud.

En términos básicos, el sistema respiratorio está a cargo de la ventilación pulmonar, la difusión de gases, su transporte en la sangre y de regular la ventilación de acuerdo a las situaciones en las que se enfrente el organismo. Con respecto a su división funcional, se comprende por una zona de conducción, que va desde la cavidad nasal hasta los bronquiolos terminales, y una zona de intercambio, a partir de los bronquiolos respiratorios hasta los alveolos. Los alveolos constan de una membrana alveolo-capilar, compuesta por endotelio, una lámina basal y neumocitos, que es donde se realiza el intercambio entre oxígeno proveniente del ambiente y dióxido de carbono expulsado desde los capilares. La absorción de sustancias tóxicas por medio de la inspiración depende de la concentración de estas partículas en el ambiente, su tamaño, solubilidad en la sangre y en los tejidos, la frecuencia respiratoria, duración de la exposición y el funcionamiento del sistema respiratorio. Partículas de 10µm, como las comentadas en la alerta estatal, son capaces de sedimentarse en las vías respiratorias proximales, mientras que las de .1µm, como las del humo de tabaco, o menores, son las que afectan la difusión en la membrana alveolo-capilar y son fagocitadas por los macrófagos alveolares confiriéndoles una tinción oscura, por lo que también se les conoce como “células del polvo”.

Actualmente, en México, las enfermedades respiratorias agudas constituyen la primera causa de consulta ambulatoria de urgencias, ocasionan entre el 50 y el 80% de las hospitalizaciones y representa la primera causa de mortalidad en la población menor de cinco años y la quinta sobre la mortalidad general. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es la cuarta causa de muerte en mujeres y quinta en hombres. De acuerdo con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), se pronostica un aumento de personas con este padecimiento, tanto que la podría colocarla en el tercer lugar de mortalidad para el año 2020.

La EPOC se puede tratar deteniendo el deterioro pulmonar si se diagnostica de manera temprana, la complicación de su detección es que los síntomas se presentan paulatinamente y la persona cursando con esta afección puede durar años antes de darse cuenda de que la padece. Consiste en la reducción del flujo aéreo a razón de procesos inflamatorios de las vías respiratorias, así como del parénquima pulmonar, activados ante la presencia de partículas nocivas inhaladas, que conducen a la obstrucción crónica de la vía aérea. Se origina una bronquitis crónica, definida por la inflamación de la mucosa respiratoria, causada principalmente por neutrófilos y linfocitos citotóxicos CD8 (los cuales no responden a corticoides) que ocasionan edema e infiltración celular en bronquios. También se observa un incremento en la producción de moco a causa de la metaplasia e hiperplasia de células caliciformes, favoreciendo la obstrucción bronquial. En etapas más avanzadas se puede encontrar fibrosis cicatricial procedente del intento del organismo por reparar el tejido y esto disminuye la capacidad de intercambio gaseoso en la membrana alveolo-capilar. Otro factor importante es la presencia de grandes cantidades de acumulaciones, tanto de macrófagos como de linfocitos, que propician la inflamación y la liberación de enzimas proteolíticas contra las partículas contaminantes y que a su vez destruyen la elastina pulmonar al no poder ser contrarrestadas, debido a su elevada cantidad, por antiproteasas (sintetizadas normalmente por el organismo). Estos cambios físicos del aparato respiratorio conducen al enfisema pulmonar, que se caracteriza por la disminución de la compliancia pulmonar, la ruptura de fibras elásticas que les confiere soporte a los bronquiolos, lo cual les permite mantenerse abiertos en condiciones normales, así como la destrucción de alveolos.

Los síntomas que presentan las personas que padecen EPOC incluyen tos, expectoración, disnea, fatiga, sibilancias y presencia de infecciones respiratorias recurrente. Esta enfermedad incrementa el riesgo por sufrir un colapso pulmonar. Su diagnóstico se puede comprobar por medio de una espirometría, al observar un valor inferior a 70% del cociente VEF1/CVF (Volumen Espiratorio Forzado del primer segundo/Capacidad Vital Forzada), tras la administración de broncodilatadores, y un aumento del VR (Volumen Residual) debido a la hiperinflación pulmonar. También se pueden realizar una gasometría para comprobar la disminución de las concentraciones de oxígeno en la sangre arterial.

De acuerdo a los valores de la IMECA, la calidad del aire puede calificarse como buena, regular, mala, muy mala y extremadamente mala. En general, se considera que el estado de Nuevo León tiene una mala calidad del aire debido a “rachas de viento de hasta 40km/hr.”, exceso de polvo en el suelo, múltiples incendios, despalmes de terrenos baldíos, quema a cielo abierto, uso de vehículos, humo de tabaco, entre otras cosas. Esta valoración representa un riesgo en la salud especialmente de “niños, adulos mayores y personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias”. Se sugiere que estas personas limiten sus actividades al aire libre, incluyendo el ejercicio, para que permanezcan más tiempo en el interior y disminuya su exposición a contaminantes ambientales.

Algunas de las recomendaciones que sugiere el “Programa de Respuesta a Contingencias Atmosféricas” son: usar el transporte público y/o medios de transporte no contaminantes, realizarle el mantenimiento correspondiente al vehículo, no dejar el motor del vehículo encendido sin necesidad, respetar límites de velocidad, conservar áreas verdes y reducir el uso de vehículos en hora pico. Idealmente, se esperaría que las personas fumadoras activas se concienticen del peligro en el que están poniendo su salud y la de las personas a su alrededor para que disminuya la incidencia de personas que padecen EPOC.

Autor: Valeria Leal Isla – Editor: Olga Santín

Bibliografía: