Probablemente el escuchar la palabra “cannabis” recuerde a la mayoría la muy familiar imagen de planta Cannabis sativa, una planta de la clase Magnoliopsida que sintetiza el ∆9-tetrahidrocanabinol (THC): el cannabinoide exógeno farmacológicamente más activo, utilizado frecuentemente como droga recreativa. No obstante, quizá pocos conocemos el papel en el la fisiología normal de los canabinoides endógenos y de sus receptores: el llamado “sistema endocanabinoide”.

En la clasificación actual los cannabinoides se definen como sustancias heterogéneas de características químicas y farmacológicas similares que comparten la característica de actuar sobre un tipo específico de receptores: los receptores “cannabinoides”. Estas moléculas son sintetizadas por varios organismos: aquellos producidos por las plantas se conocen como “fitocannabinoides” (por ejemplo el THC), mientras que los producidos por el cuerpo humano se clasifican como “endocannabinoides” (como la anandamida).

Como se mencionó anteriormente, estas moléculas tienen efecto en el cuerpo humano debido a unos receptores específicos distribuidos en diferentes tejidos, de los cuales se han identificado dos tipos: los receptores CB1 y CB2. Los receptores CB1 se encuentran mayormente en el cerebro y son los responsables de los efectos psicoactivos producidos tras el consumo de cannabis. Se hallan abundantemente en regiones responsables del movimiento, el procesamiento de la memoria, la modulación del dolor, la conducta motivada en el cerebro y en algunos órganos y tejidos periféricos como corazón, glándulas salivales, zonas del aparato urinario y reproductor.

Por otra parte, los receptores CB2 casi no se encuentran distribuidos en el cerebro, sino que se encuentran principalmente en las células del sistema inmune, donde una de sus funciones es la modulación de la liberación de moléculas pro-inflamatorias. Estos receptores tienen una afinidad mucho mayor para la anandamida, uno de los cannabinoides endógenos; en comparación con los receptores CB1, en los cuales prácticamente no produce ningún efecto.

Como se puede inferir, por la amplia distribución de los receptores del sistema canabinoide y por la presencia de moléculas endógenas que los activan, su actividad tiene un papel importante en el equilibrio basal de las funciones corporales. Varios experimentos han revelado cuáles son las actividades tónicas (que se encuentran activas constantemente) de este sistema. Éstas comprenden la continua supresión de la sensación de dolor y náusea (por su acción en la sustancia gris periacueductal) y la regulación del apetito (por su acción en receptores hipotalámicos).

El hipotálamo es “una parte del encéfalo que está compuesta por numerosos núcleos pequeños con diferentes funciones “ (Rhoades, 2012). Se localiza por debajo del tálamo e inmediatamente por encima del tronco encefálico, y es uno de las zonas del encéfalo en las que existen capilares fenestrados (discontinuos) que interrumpen la barrera funcional que existe entre la sangre y el cerebro (barrera hematoencefálica). Por su localización estratégica, una de sus funciones es la integración de estímulos y respuestas entre el sistema nervioso central (conformado por el cerebro y la médula espinal), el sistema nervioso autónomo (que controla muchas de las actividades basales “inconscientes” del cuerpo) y el sistema hormonal.

Dentro de las actividades reguladas por el hipotálamo, se encuentra el control del equilibrio energético al integrar el metabolismo y la conducta alimentaria (que se manifesta como apetito). La “zona” encargada de esta regulación es el núcleo arqueado, en el que se expresan dos grupos esenciales de neuronas (células del sistema nervioso). Un tipo expresa una molécula llamada neuropéptido Y, la cual “produce un aumento de la ingesta de alimentos y disminución del gasto energético” (Rhoades, 2012). El otro grupo neuronal sintetiza proopiomelanocortina (POMC); que, cuando estas neuronas se activan, disminuye la ingesta de alimentos y se produce un aumento del gasto energético corporal. Estas neuronas son activadas o inhibidas por diversas sustancias producidas por los tejidos, de las cuales destaca la leptina, una hormona producida por el tejido graso (adiposo) que estimula a las neuronas POMC para producir la sensación de saciedad e incremento del gasto energético.

Se ha demostrado recientemente que los receptores de cannabinoides CB1 presentes en las células del núcleo arqueado regulan la actividad de la leptina. En un modelo de ratón con delección de los receptores CB1, se observó pérdida de peso debido a un incremento del tono simpático y lipólisis (Cardinal, 2014). Este descubrimiento llevó a la búsqueda de terapias contra la obesidad mediante el bloqueo de estos receptores, y hasta ahora el fármaco que más se ha estudiado ha sido Rimonabat. Dicho antagonista de los receptores CB1 ha demostrado una significativa reducción en el peso, circunferencia de cintura y aumento de las HDL (las llamadas lipoproteínas “buenas”). Sim embargo, a pesar de estos resultados benéficos, el fármaco también se ha asociado a efectos secundarios graves como depresión, ansiedad y náuseas.

Por otra parte, se ha propuesto la idea de generar fármacos específicos para los receptores CB2 ya que, como se mencionó anteriormente, modulan la respuesta inflamatoria. La explotación de este hallazgo podría traer nuevas terapias antiinflamatorias, analgésicas e inclusive antineoplásicas por la regulación de la liberación de citocinas.

En conclusión, el sistema endocannabinoide tiene un papel importante en la homeostasis. Regula actividades tan variadas como el metabolismo energético, la sensación de dolor, la respuesta inflamatoria o la sensación de náuseas. Sin duda el continuo estudio de los cannabinoides endógenos, sus receptores y las interacciones con otros sistemas corporales, podrán llevar a un mayor entendimiento de la forma en la que funciona el cuerpo humano y al desarrollo de nuevas terapias para distintos trastornos.

Autor: Heriberto Riaño – Editor: Fernanda Valdéz

Bibliografía:

  • Grotenhermen, Franjo. 2006. “Los Cannabinoides Y El Sistema Endocannabinoide.” Cannabinoids 1(10): 10–14.
  • Després, Jean-Pierre, Alain Golay, and Lars Sjöström. 2005. “Effects of Rimonabant on Metabolic Risk Factors in Overweight Patients with Dyslipidemia.” N Engl J Med 35320: 2121–34.
  • Cardinal, Pierre et al. 2014. “CB1 Cannabinoid Receptor in SF1-Expressing Neurons of the Ventromedial Hypothalamus Determines Metabolic Responses to Diet and Leptin.” Molecular Metabolism 3(7): 705–16. http://dx.doi.org/10.1016/j.molmet.2014.07.004.