La música es un elemento importante en la vida de los seres humanos, ya que ha permitido involucrar acontecimientos, sentimientos, impacta en el estado de ánimo de quien la escucha e incluso ha dado pauta al desarrollo de la humanidad. Por tales razones, a lo largo del tiempo se ha tratado de dilucidar por medio de estudios los efectos que tiene la música en las personas y objetos. En este artículo haré una revisión de dos de los estudios/experimentos más famosos para determinar su validez, ¿interesante no?

Dorothy Retallack en el año de 1973 en Denver, Colorado, hizo un estudio para demostrar los efectos que tienen los diferentes tipos musicales en la naturaleza, por lo que expuso un grupo de plantas a una bocina que reproducía ‘rock duro’, a otro grupo lo expuso a un ‘rock suave’ y a un último a ‘música clásica’. Al final del experimento encontró que las plantas en contacto con el rock se habían marchitado, mientras que las que las de la música clásica habían florecido. En base a lo anterior, Retallack llegó a la conclusión de que el rock era dañino para la naturaleza y que por lo tanto debería ser dañino para cualquier organismo vivo.

El experimento anterior y su respectiva conclusión han causado una gran controversia entre los ‘rockeros’ ya que atenta directamente a su gusto musical, sin embargo, miembros de la comunidad científica han hecho una serie de observaciones al respecto entre las cuales se pueden destacar las palabras de la Dra. Linda Chalker-Scott de la Universidad de Washington:

El diseño del experimento fue pobre y no controla otros factores como el agua, la humedad y la luz a niveles óptimos y consistentes […] En la publicación sólo se mencionan cuatro réplicas del experimento, el cual no es suficiente en un análisis estadístico […]

En el artículo La música y sus efectos: cómo definir y evaluar un estudio científico, el Dr. Josué Cortés hace énfasis en que la mayoría de los experimentos relacionados con la música no tienen una validez a través de la ciencia debido que no buscan aplicar el método científico sino solamente experimentar de forma ‘casera’ reproduciendo experimentos que ya han sido publicados.  Por lo anterior, hay muchos documentos que pueden considerarse interesantes o curiosos pero su trascendencia no va más allá.

En los últimos años, se ha puesto de moda investigar los efectos que tiene la música en la función cerebral y su impacto en los diferentes tipos de inteligencia; dentro de tales investigaciones se encuentra el ‘efecto Mozart’ que consiste en la mejora del coeficiente intelectual por medio de escuchar música del autor al que hace alusión el nombre del efecto. Esto fue observado y publicado en 1993 por Frances Rauscher, una psicóloga estadounidense.

A partir de ello, se han hecho una gran cantidad de estudios que buscar corroborar o descartar dicha afirmación, que como es de esperarse han tenido una polarización en cuanto a los resultados. Algunos han confirmado la observación del efecto incluso en música contemporánea, especialmente en aquella del género New Age, ampliando la lista de canciones que ‘estimulan el aprendizaje y la inteligencia’.

Recientemente en la Facultad de Investigación Básica sobre Psicología de la Universidad de Viena, Jakob Pietschnig y su equipo analizaron 30 estudios sobre la influencia de la música de Mozart e hicieron experimentos con 3,000 personas que fueron expuestas de manera selectiva a la Sonata para dos pianos en Re mayor. Los resultados se publicaron en la revista Intelligence y mencionan que no hay ningún efecto específico de la música en la inteligencia espacial, tal y como lo expresa el Dr. Pietschnig:

Recomiendo a todo el mundo que escuche música de Mozart, pero la expectativa de que con ello van a mejorar sus capacidades cognitivas no se va a cumplir.

 El resultado anterior también es apoyado por el Dr. Scott Liliendfeld de la Emory University que ha incluido al ‘efecto Mozart’ en su obra 50 grandes mitos de la psicología popular.

Con base a lo anterior puedo concluir que para publicar algún experimento es importante que todo el proceso haya sido de acuerdo al método científico para que de esta manera se puedan dar datos verídicos y cien por ciento reproducibles; sobre todo cuando se trata de un tema tan interesante y de dominio común a todas las personas… pues la música es la pieza del pan de cada día.

Comentario: Lo escrito en esta revisión se puede aplicar a nuestra vida como estudiantes de medicina, ya que todos tenemos diferentes métodos de estudio. No dudo que a más de alguno de ustedes les funcione escuchar un tipo de música específico mientras estudian para sus clases o exámenes, ¿qué opinan? Espero sus comentarios.

Autor: César Saldaña

Bibliografía:

  • CET (2010, 4 de mayo) Los bebés que escucha música clásica no son más listos. EL PAÍS. Recuperado el 18 de septiembre de 2012. < http://elpais.com/elpais /2010 /05/ 04/ actualidad /1272955733_850215.html>
  • Cortés, Josué (2012). La música y sus efectos: cómo definir y evaluar un estudio científico. Himnovasion. Recuperado el 18 de septiembre de 2012. <http://himnovasion.blo gspot.mx/2012/05/la-musica-y-sus-efectos-como-definir-y-html>