Los primeros miles de años de la medicina, desde los brujos médicos hasta principios del siglo XIX fueron un gran juego de adivinanzas. Aquel que sufría se le daba algún “medicamento”, y en forma de prueba y error se iban encontrando formas de ayudar al paciente, pero detrás de la toma de decisión en la elección del “medicamento” no existía evidencia.

Incluso existió un punto en la historia de la medicina en el cual se perforaban agujeros en los cráneos de aquellos que padecían enfermedades mentales con la esperanza de que los espíritus que los perturbaban pudieran escapar. Este procedimiento quirúrgico, conocido como trepanación, perduró y fue llevado a cabo hasta mediados del siglo XVII de manera habitual – cerca del período en la cual William Harvey reveló los mecanismos básicos detrás del sistema cardiovascular.

William Harvey dejó una huella profunda dentro de la historia de la medicina debido a su revolucionario descubrimiento: la sangre fluye en una sola dirección debido al bombeo de las contracciones cardiacas dentro de un circuito que viaja de el corazón dentro de arterias y hacia él por medio de las venas. Era una idea que se oponía a la doctrina Galénica de que la sangre era constantemente sintetizada dentro de cada órgano para luego ser incendiado en el hígado como leña en una fogata. Lo que resuena más allá de las implicaciones del descubrimiento es cómo esto fue logrado: Harvey fue de las primeras personas en llegar a una conclusión fisiológica respaldada por evidencia obtenida por medio del método científico – algo que cambiaría el estudio del cuerpo humano para siempre.

(“Harvey’s Circulation Experiment”, n.d.)

Avances dentro de la química y física nos han permitido crear un marco que nos permite entender el inmensamente complejo sistema de interacciones que es el cuerpo. Tanto le falta a este mapa, pero es increíble pensar como hasta hace unas cuantas décadas sustancias como la cocaína y el mercurio eran “medicamentos” recomendados para ciertas enfermedades. Cada día miles de mentes trabajan para mejorar este modelo del ser humano con el propósito de prevenir sufrimiento humano y hoy los resultados de una medicina científica se ven reflejados en los actuales sistemas de salud; fármacos, vacunas, cirugías, imagenología, nutrición y demás.

Aunque todavía es notable la presencia en México de la medicina sin fundamento científico (llámese homeopatía, brujería, etc), la medicina tradicional o herbolaria está poco a poco recobrando auge debido a una lenta introducción a aplicaciones clínicas debido a evidencia científica que nos dicen que quizás nuestras abuelitas no estaban tan equivocadas sobre sus consejos caseros para enfermedades…

(Taylor, 2013)

El ser humano muere de problemas muy diferentes a aquellos que plagaban a nuestros antepasados, el reto es ahora enfrentar estas nuevas amenazas que no vienen en su mayoría del exterior sino en gran parte de nuestra toma de decisiones diaria.

(Jones, 2012)

Autor: Tomás Lankenau – Editor: Fernanda Valdez

Bibliografía: