Hoy por la mañana estuve viendo el video de la plática “¿Estamos sobremedicados?” del foro TEDMed y me pareció interesante el abordaje que hizo el periodista Iván Oransky, pues valoraba cómo en el Sistema de Salud actual se tratan muchas condiciones (que no necesariamente son enfermedades) por el simple hecho de contar con los medicamentos.

Podría decirse que dicha situación es multifactorial, pues no solamente el médico es el responsable de esta tendencia en la medicina. El primer factor son las compañías farmacéuticas, ya que buscan expandir sus mercados al tratar “de ampliar las indicaciones y el número de personas elegibles para el tratamiento dado, porque eso obviamente incrementa sus ingresos” (Oransky 2012); lo cual implica que tienen grandes campañas para convencer a médicos por medio de incentivos y a  pacientes haciendo que sientan que están en riesgo o que podrían tener una enfermedad que puede tratarse con sus productos.

Lo anterior afecta la relación médico-paciente, pues el doctor por querer ganar el incentivo aceptará dar el medicamento a un mayor número de personas que ‘encajen en el perfil’ y a su vez, gracias a las campañas de mercadotecnia, los pacientes se convencen a sí mismos que deben tener alguna de esas ‘enfermedades que han escuchado’ y que por lo tanto, requieren de un tratamiento específico. De aquí deriva el segundo factor: el que las personas que acuden a consulta exigen al médico que les dé un medicamento, aunque la condición que presentan no lo necesite.

Como ejemplo al párrafo anterior, está lo que en clase de medicina familiar la Dra. Piña ha referido y que también ha sido observado por algunos de nosotros en las guardias en las clínicas del ISSSTE: que los pacientes (o las mamás de los pacientes) quieren antibióticos por tener gripa y que si no se les dan pueden llegar a pensar que el ‘médico no sabe’. Es como lo refiere Oransky: “los pacientes lo que quieren es medicamento. Quieren un tratamiento, que se les diga lo que tienen y la forma de tratarlo. Si el médico no lo hace, irán a otro lugar. Eso no es muy bueno para el negocio de los médicos.” (Oransky 2012)

El tercer factor, es el papel que juega la tecnología en el área médica. Pues cada vez se tratan de adquirir los últimos avances en equipo diagnóstico, quirúrgico, etc., favoreciendo lo que en el video llaman “campo de sueños” debido a que al comprar un equipo con tecnología de punta, genera una idea de que todo paciente debe someterse al tratamiento, diagnóstico o cirugía por el aparato recién obtenido. Esto puede sonar algo ilógico, pues si se analiza podría originar un costo más elevado y no sería muy eficiente del todo.

Sin embargo, es una realidad.  Y no por el simple ‘sensacionalismo’ de contar con un nuevo equipo, sino porque cada vez se va desgastando la relación médico-paciente al tratar de ahorrar tiempo y dar el mayor número posible de consultas, viéndose reflejado  al hacer a un lado el aspecto clínico. Se prefiere hacer una biometría hemática o una radiografía en vez de explorar al paciente, interrogarlo, analizar el caso clínico para después decidir si se requiere o no de algún estudio que lo corrobore. En resumen, queremos hacer diagnósticos en papel.

Ya se mencionaron los tres factores más importantes que propician la tendencia de sobre-medicación en los pacientes, por lo que ahora conviene hacer la observación de una consecuencia de tal fenómeno. Con esto me refiero a que al dar tratamientos sintomáticos en vez de buscar un problema de fondo, se está ignorando que hay ciertas condiciones que más que terapia farmacológica requieren de un cambio en aspectos conductuales como la dieta, el ejercicio y el estilo de vida en general. Una gripa requiere reposo, ingesta de líquidos, etc., más que dar un antiviral o un antibiótico sólo porque el paciente lo requiere; o poniendo un caso mayor, en la diabetes mellitus se debe instruir al paciente para que haga los cambios en su estilo de vida necesarios que le ayudarán a controlar su condición, en vez de simplemente darle un tratamiento con metformina o glibenclamida sin hacerle las aclaraciones pertinentes.

Este tema es un área de oportunidad para que nosotros estemos conscientes de que hay muchísimo por hacer a favor de las personas que en un futuro serán nuestros pacientes. Es una llamada de atención para que decidamos qué tipo de doctores queremos ser, si queremos recetar medicamentos sólo porque recibiremos un beneficio o si queremos ayudar verdaderamente al paciente mediante un trato humano, clínico y asertivo.

En conclusión, hay que evaluar integralmente cada caso, dedicar el tiempo que requiera para que la persona entienda qué es lo que tiene y qué es lo que necesita como tratamiento, así como el por qué no se les da lo que ellos creen que debiste darles… No debe haber lugar para dudas. Seguramente al hacer esto tanto tú como tu paciente sabrán cuál es su camino a seguir.

Autor: César Saldaña

Bibliografía:

  • Oransky, Iván. “¿Estamos sobremedicados?” TEDMed. Obtenido de, http://www.ted.com/talks/lang/es/ivan_oransky_are_we_over_medicalized.html.