Después de cinco años del inicio del conflicto en Siria, el conteo de bajas de ciudadanos Sirios, tanto civiles, como militares es de al menos 470 000 muertos. “Éste ha provocado la huída de más de 3 000 000 de refugiados, elevando el número de desplazados a escala mundial a su máximo nivel en los últimos 18 años” (Charte, M. 2013) y ha escalado hasta el punto de convertirse en uno de los temas más sensibles en la agenda política internacional de los países más poderosos del mundo. Probablemente toda persona que tenga acceso a algún medio de comunicación masiva ha escuchado algo sobre el tema, lo que llevaría a preguntarnos: ¿Por qué nace este conflicto y cómo es que se han involucrado naciones como EE.UU y Rusia?.

Hay distintos factores ideológicos y geopolíticos que han hecho de Siria el campo de batalla del choque de diversas tensiones. Una de ellas ha sido la división religiosa; ya que si bien la gran mayoría de la población Siria es Musulmana, en el islam existen dos grandes grupos: los Chiítas y los Suníes. Los Chiítas son una minoría de musulmanes que son descendientes directos de Mahoma. Este grupo cree que solo ellos están autorizados para ser líderes de la fe. Por otro lado, los Sunitas no son descendientes de Mahoma y por lo tanto, no creen necesario que los líderes religiosos deban tener sangre directa del profeta. El presidente sirio Bashar al-Ásad, pertenece a los chiítas; mientras que la mayoría de la población siria es Suní. La renuncia hipotética del presidente Chiíta podría significar una “venganza” suní hacia el grupo chiíta y posiblemente la pérdida del poder de este grupo para siempre, lo que cambiaría el balance en el medio oriente.

Otro factor importante es la ubicación geográfica de Siria. Ésta se encuentra en una posición estratégica para el transporte de productos entre el medio Oriente y Europa ya que se encuentra en “la ruta” que conecta Arabia Saudita (uno de los países con mayor producción de petróleo y gas natural) con el mar mediterráneo. Esto sin duda es algo bastante atractivo para países que se interesan por tener el control del abastecimiento de combustibles hacia Europa. De igual forma, por esta ubicación privilegiada es que Rusia está tan interesado en no perder el puerto que controla en Siria (el cual es “protegido” por el presidente Asad).

Un tercer predisponente del comienzo de los levantamientos es el movimiento político-cultural que ha tenido lugar los últimos años en el Medio Oriente conocido como “La primavera Árabe”. Teniendo en cuenta que los Asad han gobernado el país desde hace 1971 y que tanto Asad padre como Bashar al-Asad han sido protagonistas en uso de fuerza excesiva contra el pueblo (y otros problemas, como corrupción) -aparte de los demás factores ya comentados- los pobladores comenzaron a hacer protestas en favor de la renuncia del presidente, comenzando de esta forma el movimiento armado que es hoy en día.

Es así como comienza la guerra civil. Como un movimiento de la población en contra del gobierno. El movimiento rebelde fue haciéndose cada vez más fuerte, por un lado gracias a militares que desertaban de las líneas de Asad por el descontento que causaba su respuesta en contra los civiles, y por otro, gracias al apoyo de los Estados Unidos. Desde el comienzo del 2012, el país había sido testigo de enfrentamientos entre 2 bandos: el gobierno -apoyado por Irán (un país chiíta), Rusia y otros-, y el grupo rebelde -apoyado por EE.UU (principalmente)-. Esto hasta que nace un tercer grupo formado por la rama de Al-Qaeda en Siria: el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés).

ISIS está formado por un grupo de musulmanes radicales que pretenden restaurar un Califato (un estado gobernado 100% por un líder religiosos del Islam). Para ellos, cualquier individuo que no forme parte del califato es un hereje y merece la muerte. El grupo ha ido creciendo con el reclutamiento de muchos musulmanes extranjeros y locales atraídos por la ideología religiosa y la fuerza que parecen demostrar. De igual forma, han logrado financiarse gracias a la toma de plantas petroleras en la región Siria.

Hoy en día, existe una alianza de todos los bandos para derrocar al estado islámico. Tanto EE.UU, Rusia, los rebeldes y el gobierno Sirio acordaron unir fuerzas para detener el avance y desaparecer a ISIS. Sin embargo, es un acuerdo que no ha sido fácil mantener, principalmente debido a que cada grupo ve por sus intereses propios y a que a pesar del pacto, gobierno y rebeldes han continuado luchando; ambos apoyados por sus respectivos aliados. Esta lucha y diversos eventos han hecho que tensión entre EE.UU y Rusia siga creciendo hasta un punto crítico, el cual debe ser manejado con cuidado y con decisiones bien tomadas.

Autor: Heriberto Riaño – Editor: Fernanda Valdéz

Bibliografía:

  • «La guerra de Siria empuja el número global de desplazados a su máximo en 18 años – RTVE.es». Consultado el 2 de octubre de 2015.
  • Mourenza, Andrés (27 de julio de 2015). «Turquía vuelve a bombardear al PKK en Irak y ataca a los kurdos de Siria». El País (Estambul, Turquía). Consultado el 1 de octubre de 2015.
  • Blake, Eben (5 de agosto de 2015). «Iran’s Relationship With Assad, Hezbollah In Lebanon And Houthis In Yemen Must Stop, Says Qatar’s Foreign Minister». International Business Times. Consultado el 1 de octubre de 2015