A mediados de los años 70, fue descrito por primera vez un síndrome que se caracterizaba por fatiga, frustración, sensación de fracaso, depresión e ira. Se trata del Burnout Syndrome (que se traduce literalmente como “síndrome del quemado”) y hoy se sabe que involucra muchos factores fisiológicos y psicológicos y que está estrechamente ligado a profesionales que se dedican al servicio personal, siendo los proveedores de servicios de salud un grupo particularmente vulnerable.

La primera definición para el síndrome de Burnout (BOS), hecha por Herbert Freudenberger en 1974, indicaba un estado de fatiga o frustración que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o relación que no produce el esperado refuerzo. Ya en 1982, se determinó una serie de signos característicos del síndrome, que incluyen agotamiento emocional, ansiedad, angustia, disfunciones sexuales, fatiga crónica, alteraciones intestinales, dolores musculares, despersonalización, trastornos conductuales, aislamiento, insensibilidad, negativismo, cinismo y deseos de abandono de las actividades profesionales.

Modelo general del Burnout Syndrome con antecedentes y consecuencias publicado por Maslach et al., en 1996.

Se postula que el síndrome resulta de una mala adaptación al estrés crónico inducido por la actividad laboral de alta demanda. Según estudios modernos, la aparición del síndrome se divide en tres etapas:

  1. La primera etapa se caracteriza por la idealización. El paciente visualiza grandes recompensas para su esfuerzo laboral y tiene altas expectativas. En esta etapa se puede priorizar el éxito laboral sobre las necesidades físicas y emocionales.
  2. En la segunda fase, el paciente entra en un estado de frustración y sensación de estancamiento. Se cuestiona sobre la utilidad de su trabajo y se presentan problemas físicos, conductuales y emocionales.
  3. Por último, se adopta una actitud de apatía e indiferencia hacia el trabajo y hacia las relaciones interpersonales, se disminuye la calidad del servicio brindado y en algunas ocasiones, se abandona la vida profesional.

En general, el Burnout Syndrome (BOS) se puede describir como un estrés crónico asociado a una actividad profesional demandante que resulta en un estado depresivo-autodestructivo grave.

Un estudio realizado en 2014 en un hospital mexicano, detectó un 50% de prevalencia de Burnout Syndrome de leve a moderado entre los médicos residentes que laboraban en dicha institución. Además se estima una prevalencia de BOS del 44% entre los médicos residentes y especialistas que laboran en hospitales mexicanos. Estas cifras son extremadamente preocupantes y exigen medidas inmediatas de parte de la comunidad médica y de las autoridades pertinentes.

Es importante que la comunidad médica incluyendo estudiantes, y todo tipo de profesionales en el área de la salud conozcan el síndrome y eviten a toda costa el sobreesfuerzo, ya que se postula como uno de los mayores desencadenantes de la condición. La clave para evitar el Burnout Syndrome está en el manejo del estrés. Los estudiantes de medicina se ven expuestos a una alta demanda académica y diversas situaciones estresantes, lo que representa una oportunidad para practicar habilidades de tolerancia a la frustración y así reducir el riesgo de incidir en el Burnout Syndrome.

Autor: Olga Santín – Editor: Eduardo Núñez

Bibliografía:

  • Korczak, D., Huber, B., & Kister, C. (2010). Differential diagnostic of the burnout syndrome. GMS health technology assessment, 6.
  • Maslach, C., & Goldberg, J. (1999). Prevention of burnout: New perspectives. Applied and preventive psychology, 7(1), 63-74.
  • Puertas, A. L. R., García, J. M. A., & Rosete, V. A. M. (2015). Síndrome de burnout (quemado) en médicos residentes adscritos a hospitales del Grupo Ángeles: HA Clínica Londres, HA Lomas, HA Metropolitano, HA México, HA Mocel y HA Pedregal. Acta Médica Grupo Ángeles, 13(2), 69.
  • Weber, A., & Jaekel-Reinhard, A. (2000). Burnout syndrome: a disease of modern societies?. Occupational medicine, 50(7), 512-517.