La ciencia del cuerpo expuesta al vacío del espacio.

Si eres cineasta, ya haz visto una constelación de posibilidades de lo que pasaría si te expones al vacío del espacio. Explotarías de adentro hacia afuera como un globo que se revienta, te congelarías como una paleta expuesta a nitrógeno, o tu sangre se evaporaría inmediatamente y te quemarías por dentro…la ciencia ficción no tiene límites.

En la película Outland (1981), protagonizada por Sean Connery, el guapo ex-actor de James Bond mira con trauma cuando su compañero sufre una fuga dentro de su traje espacial. La cara del pobre infeliz empieza a inflarse para aplastarse contra su casco, hasta que por fin revienta en una explosión de sangre gracias a efectos especiales realmente ochenteros (Landis, 2010). Órale.

La racionalización detrás de esta excusa para “gore” es que la falta de presión por el vacío del espacio causa que la presión interna del cuerpo salga explosivamente. De un vistazo, suena lógico. Considera que existe un gradiente de presión: áreas de alta presión tienden a irse a áreas de baja presión. Esta fuerza es la misma que causa que un globo se reviente cuando lo picas con una aguja. Sin embargo, en realidad no ocurre una explosión violenta porque la piel y su tejido conectivo protegen la presión interna de las vísceras, formando un sello que no se rompe fácilmente.

Lo que sí sucede es que todo el aire adentro de tus pulmones, así como el aire adentro tus intestinos sale de inmediato. Después uno puede sufrir vómito proyectil, micción y defecación, reportado así por experimentos hechos en perros (Bancroft & Dunn, 1965). Adicionalmente, como si todo esto no fuera suficiente, la piel expuesta al vacío se hincha a casi el doble o triple de su tamaño dentro de 10 segundos. Esto pasa porque el líquido dentro de la dermis burbujea al ser convertido a vapor por la gran diferencia en presión, un fenómeno que los investigadores de los sesentas describieron como una especie de enfisema subcutánea.

Esto último le pasó al desafortunado Joe Kittinger en 1960, un paracaidista que rompió el record mundial de aquel entonces, tirándose desde 30,480 metros de altura(Aerospaceweb, 2015). Hoy en día uno ascendería en un avión que contiene una cabina presurizada a la atmósfera del nivel del mar, pero él subió por globo aerostático, lo cual lo expuso a niveles de presión progresivamente más y más bajas. No se dio cuenta en el momento, pero su traje protector sufrió una fuga durante el ascenso y su mano se hinchó hasta casi el doble de su tamaño original. Afortunadamente, no perdió la mano por falta de circulación, y regresó a la normalidad dentro de tres horas de regresar a la tierra.

¿Y qué de la temperatura? En la película Mission to Mars (2000), Tim Robbins accidentalmente sale volando al vació del espacio y decide suicidarse para no quedar así hasta que se le acabe el oxígeno. Entre los gritos de negación de sus compañeros, alejándose cada segundo más y más de él, Robbins se quita el casco e inmediatamente se congela su cara con la banda sonora del famoso Ennio Morricone dramatizando su muerte. Guau, casi me sale una lágrima.

Pero, ¿será cierto? Los estudios en animales reportan que sí hay formación de cristales de hielo en la lengua (Bancroft & Dunn). Curiosamente, un técnico del Johnson Space Center, que fue accidentalmente expuesto a un vacío inducido por una falla en su traje en 1965, reportó que sintió que la lengua se le quemaba (AerospaceWeb, 2012). La razón científica detrás de este fenómeno es simple: primero la saliva sufre un proceso acelerado de evaporación, ya que la presión baja también baja el punto de ebullición del agua. Inmediatamente después, las moléculas de vapor se convierten en un hielo fino por el proceso de deposición instantánea (ScienceBlogs, 2012). Estos procesos se pueden replicar en la tierra al aventar agua hirviente al aire durante un día especialmente frío. El vapor inmediatamente se condense para formar nieve (Abrams & Bettes, 2007).

No se reporta que el hielo recubra todo el cuerpo, como se dramatizó en la película. Después de sufrir un frío intenso por la evaporación instantánea de todos los líquidos de la piel y los tejidos expuestos al vacío, el resto del cuerpo se tardaría varias horas para terminar de eliminar todo su calor por radiación. Para explicar este proceso, déjame establecer que técnicamente no existe la temperatura en el espacio, ya que es un vació sin moléculas de aire para recibir o transferir calor. Recuerda que el calor solamente se puede transferir de tres maneras: conducción, convección y radiación. Sin un medio para transferir el calor corporal (como el sudor o las moléculas de aire), el calor de las vísceras y tejidos más profundos solamente se podría eliminar por radiación. Un proceso más lento al que se ve en la película.

En conclusión, podemos apreciar que las películas y los libros de la ciencia ficción exageran los procesos que realmente ocurren en el cuerpo humano al ser expuesto a un vacío. ¡Gracias, Hollywood!

Autor: Celina Ortíz – Editor: María Eugenia Jaimes

Bibliografía: